lunes, 28 de junio de 2010

En el Bicentenario

Sin lugar a duda, este está siendo un bicentenario muy especial. La atmósfera de transformación y cambio se hizo sentir desde principio de este año y marcó hito con las catástrofes. Pero de una forma misteriosa algo tan doloroso, perturbador y devastador, hizo que estos chilenos que celebrarían el bicentenario recordaran a sus vecinos, amigos, parientes y, lo que me parece más bello y emocionante por el sitio recóndito que generalmente ocupa, los chilenos recordamos nuestra tierra. Para mi fue realmente emocionante volver a sentir y observar nuestro patriotismo, las banderas izadas, la valentía y fuerza de este pueblo, así como el espíritu para sobreponerse y salir adelante.

De una forma absolutamente casual, tal como funciona lo misterioso, en esos días me encontraba leyendo “Inés de Alma Mía” de Isabel Allende, con la cual redescubrí nuestra historia, que aunque puede tener mucho de ficción, me pareció una gran historia. Se cuenta cómo Pedro de Valdivia e Inés de Suarez llegaron a América y se embarcaron en la loca empresa de fundar Santiago. Valdivia conoció a Diego de Almagro, luego del descubrimiento de Chile. De él escuchó el relato de la difícil travesía que realizaron para llegar a este país y el hallazgo de un lugar paradisiaco. Si bien a Pedro lo movía el afán de gloria en el Nuevo Mundo, soñó con este nuevo país y su propósito no sólo fue llegar hasta allá, sino que también fundar Santiago y construirlo como un lugar apacible y próspero. Inés, participó de esta tarea aportando su tenacidad, inteligencia y fueza femenina. En el relato de Inés, junto a su amado Pedro, señala:
“Comprobamos que Chile tiene la forma delgada y larga de una espada. Se compone de un rosario de valles tendidos entre montañas y volcanes, y cruzados por copiosos ríos. Su costa es abrupta, de olas temibles y agua fría; sus bosques son densos y aromáticos; sus cerros, infinitos. Con frecuencia oíamos un suspiro telúrico y sentíamos moverse el suelo, pero con el tiempo nos acostumbramos a los temblores. «Así imaginaba Chile, Inés», me confesó Pedro, con la voz quebrada de emoción ante la virginal belleza del paisaje.”

Hoy, cuando el fútbol, vuelva a revivir en los chilenos su sentido patrio y el arraigo a esta tierra, pienso en lo necesario que es mantener estos sentires no como eventos aislados, sino que dentro de nuestra pertenencia y nuestro cotidiano.

En este Bicentenario agradezco la abundancia de esta tierra, que ha permitido que nuestros pueblos originarios se asentaran y desarrollaran, que nuestros abuelos desencadenaran nuestra existencia y la que dará cobijo y alimento a nuestra descendencia. Agradezco a quienes soñaron con formar este pueblo, por sus buenas intenciones, su trabajo, tenacidad y cariño. Agradezco a quienes persisten en el trabajo de mantener viva nuestra historia, nuestras raíces ancestrales y nuestros antepasados europeos. Que la fuerza de transformación nos acerque más a esta tierra y a todos quienes vivimos en ella.

jueves, 24 de junio de 2010

We Tripantu

El hemisferio Sur tiene su propio Año Nuevo, más real y acorde con los ciclos naturales y pertenecientes a éste lado del planeta. El pueblo Mapuche lo sabe desde hace muchos siglos y cada año celebran este hito astrológico con un espíritu de rencuentro, de armonización y equilibrio de las relaciones familiares..


¿Qué es entonces el El We Tripantu?
"Es el nuevo despertar de la tierra y naturaleza, el despertar de la estrellas y del universo, el despertar de los espíritus protectores y dadores de vida, es el despertar de los hijos de la tierra. Este fenómeno del nuevo despertar se produce en el momento después del profundo descanso que ha experimentado la tierra y la naturaleza, conocido como Rimü o Rimüngen (zambullida o tiempo de descanso), y esto ocurre cuando todos los componentes de la naturaleza y el cosmos en éste lado del hemisferio (sur), devuelven y retro-alimentan a la tierra con sus energías. Es el caso concreto de las plantas o árboles logran profundizar o bajar su savia hacia el interior del tronco y luego a la raíz finalmente, para devolverlas por completo a la tierra"


"Existe un punto cósmico desde donde se gestiona un estado de renovación física y psíquica, determinado por el regreso del sol a ciertas coordenadas espaciales, que da paso a otro período de tiempo que desde su inicio está energizado por el movimiento lunar.

En la memoria psicológica del pueblo mapuche permanece hoy día la idea latente que antes del Wetripantu existe la noche más larga del año. Desde que ésta llega a su punto máximo se dice que la noche camina de regreso. Wiñol Trekatuy Pun, este es el momento de un cambio total de la naturaleza, tanto en el cosmos como en la tierra, en consecuencia, el día se alarga o retrocede comparándose este hecho con el paso de un gallo, y el mapuche dice Wiñotui Antü kiñé trekan alka.

Se sostiene que el momento del regreso del sol se produce al terminar la noche del 23 de junio, en el instante en que asoma el sol en el este o puel mapu, este hecho de la nueva salida del sol da paso al nuevo ciclo de vida.


Otra de las ideas fundamentales del Wetripantu es que junto al inicio del nuevo año, las aguas de diferentes fuentes entran en un proceso de cambio de temperatura, momento apropiado para bañarse de madrugada. Por medio del agua el hombre y mujer vuelven a hermanarse unidos por una misma fuerza, llamada newen.


En el período de epewun, que es antes de la amanecida, hombres, mujeres y niños e invitados concurren al río, vertiente o estero más cercano a bañarse y esperar la nueva salida del sol con el cuerpo y el espíritu renovado y limpio y sintiendo la fuerza de Dios. Gnechen, Elchen, Huenu Mapu Chaw, Wun Fücha, Wun Kuce, etc.son todos nombres que se le asignan a un creador único.

Que este nuevo año potencie la energía renovadora de este mundo y vuelque a los hombres y mujeres a sus origenes. Feliz año nuevo!!!

martes, 22 de junio de 2010

Bienvenida

Quiero partir con unas frases muy sencillas, pero que expresan mucho.




"Camina, sigue caminando...
y sonríe, sigue sonriendo...."