sábado, 1 de diciembre de 2012

COMO HOJA EN EL RÍO


Luego de una pausa silenciosa, en donde recordaba cada cierto tiempo escribir en este muro sin encontrar que decir, finalmente lo encontré.
Después de 9 meses de dulce espera, una segunda experiencia de vida, llegué al término de mi embarazo con la emoción de acabar el ciclo y por fin llegar a conocer a ese ser que me acompañó durante todo ese caminar, pero además, entendiendo que ese proceso ha sido, nuevamente, una experiencia que ha cambiado mi frecuencia, en lo más profundo de mi ser. No es sólo experimentar una nueva forma de familia, sino que yo-mujer comprendió que debía botar las estructuras, la rigidez y entregarme a esta nueva experiencia, donde “lo viejo” no sirve y hay que inventar o descubrir “lo nuevo”….. uffff gran descubrimiento….lo que suena tan simple, me tomó varios meses de pataletas y peleas face to face.
Seguro que sólo avancé un par de pasos hacia el objetivo y aún queda trabajo, sin embargo, la imagen de las hojas en el agua, que siempre rodean mi imaginario, se han hecho más presente y me han llevado a desear ser una hoja viajando libre por la corriente, dejarme arrastrar por la energía de cambio que nos inunda.

 

Una hoja, una simple hoja colgando de su rama,  no importa a qué árbol pertenece, ni su tipo, cae al arrollo. La hoja frágil en medio del agua, comienza su aventura. La corriente la hace viajar al ritmo de su cantar.

Algunas hoja se asusta por la velocidad y prefieren la orilla del arrollo. La hoja coloca resistencia a seguir el ritmo del agua y trata de agarrarse a las ramas o piedras. Algunas lo logran y quedan estacionadas mirando el río, otras a pesar de su resistencia, la corriente las toma y hace que vuelva a bailar entre la corriente.

Otras hojas se encuentran con obstáculos, tratando de sortearlos buscan pasar para seguir su viaje, muchas logran retomar su danza mientras otras quedan frustradas entre las ramas sin poder moverse o se hunden en el fondo del agua.

Aquellas hojas que quisieron danzar en el agua y que buscaron seguir su viaje adaptándose al camino, logran llegar al lago, donde pueden flotar libremente sin ser arrastradas por la corriente y disfrutando de la tranquilidad del lugar.